El Aniversario de la Victoria Nacional del 1º de Abril de 1939 ha sido
conmemorado por toda España. En Madrid se celebró una Misa en sufragio
por el alma de los caídos en la Iglesia de San Jerónimo el Real. Ofició
el Padre Don Felipe de Lope. El Párroco, Don Julián Melero, aprovechó la
ocasión para manifestar su pesar y pedir perdón por no haber citado
expresamente los nombres de Franco y José Antonio en la Misa del 20-N,
debido a un lapsus, rogando que lo hiciéramos saber a todos.
Los fieles a la Cruzada Nacional, a la España católica y a la memoria
de nuestros héroes y caídos no faltaron a la cita, pese al torrencial
aguacero y aunque muchos no llegaron a enterarse por la proximidad a la
Semana Santa. Entre los presentes, el Presidente de la Unión Seglar de
Madrid, José Fernando Silva, que ofició de monaguillo; los vocales de la
Junta Nacional del Movimiento Católico Español, Vidal Mayor, Roberto
Simal y Ramón Rodríguez, Juan Blanco, los hermanos Espona, Borja Gómez,
etc.
Pero no es necesario juntar a muchos para celebrar y recordar las
fechas más significativas del calendario patriótico. Por todas partes, a
veces recluidas en los cementerios o en el interios de algunas
iglesias, quedan cruces de los caídos, placas y símbolos donde acudir,
rezar una oración y ondear nuestros símbolos. "Donde dos o más se reúnen
en su Nombre, allí está Jesús en medio de ellos".
Y si no, en cualquier plaza de cualquier pueblo de cualquier lugar,
para solaz de los vecinos, muchos de los cuales fueron en sus buenos
tiempos de Falange, del Frente de Juventudes y de la Sección Femenina.
Cruces pequeñas, escondidas, pero vivas en nuestra memoria, como los caídos están presentes en nuestro afán.
Que se entere bien todo el mundo. Nuestros ideales siguen vigentes. La
Victoria no ha muerto. Está viva en nuestros corazones de buenos
españoles.
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